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INICIOS EN EL TAEKWONDO
Inicié en el Taekwondo a la edad de 4 años por decisión de mis padres. Recuerdo que el primer día que asistí a observar las clases no quería entrenar, ya que presencié una sesión de combate y, en ese momento, no me agradaban las peleas, pues siempre fui una persona pacífica y tranquila, algo que me caracteriza incluso en la actualidad. Sin embargo, fue ahí donde comenzó mi proceso y un cambio positivo en mi vida, ya que, irónicamente, el combate se convirtió en mi parte favorita del Taekwondo y en el área donde alcancé grandes logros, tanto en competencias estatales, nacionales como internacionales.Una enseñanza que siempre he tenido presente es una reflexión que me compartió mi profesor, quien además es el director de esta organización: "Ser campeón y ganar medallas es una consecuencia de ser una buena persona y de hacer las cosas correctamente". Estas palabras, junto con el apoyo y los consejos de mi profesor Mario, quien siempre creyó en mí, fueron fundamentales para mantenerme en el camino correcto.Hoy, como profesor y portador del cinturón negro 3er dan, considero que mi misión es devolver todo lo aprendido a esta gran organización, DEMAC, y seguir aportando al crecimiento de quienes forman parte de ella.
EXPERIENCIA COMO INSTRUCTOR
Mi experiencia como instructor, aunque relativamente breve con 8 años en comparación con el tiempo de grandes maestros que conozco, ha sido bastante amplia. He tenido la oportunidad de impartir clases a personas de todas las edades, desde preescolar, primaria menor, primaria mayor, secundaria, universitarios hasta adultos. Considero que la cualidad principal que un instructor debe poseer es el deseo de superarse, acompañado de valores fundamentales que te ayudarán a alcanzar lo que realmente deseas.
En muchas ocasiones, comenzamos a hacer las cosas impulsados por la motivación, esa emoción inicial que surge al ver algo que queremos lograr. Sin embargo, esa motivación tiende a desvanecerse con el tiempo, especialmente cuando nos enfrentamos a la realidad de que el camino para alcanzar nuestros objetivos es más difícil de lo que imaginábamos. Es en ese momento cuando entra en juego algo aún más importante: la disciplina. Si realmente deseamos algo, debemos continuar esforzándonos y trabajando por ello, sin importar los obstáculos. Es en ese punto donde la emoción inicial se transforma en disciplina, y la disciplina, a su vez, nos lleva a lugares donde la motivación por sí sola nunca podría llevarnos.
BENEFICIOS Y APRENDIZAJES EN LA VIDA PERSONAL
Los valores que considero fundamentales tanto dentro como fuera del dojang son la disciplina, el respeto, la perseverancia y la humildad. En mi vida diaria, aplico estos valores tanto en mi trabajo como en mis interacciones con los demás, tratando de ser un ejemplo para los que me rodean.
En mi tiempo libre, disfruto de actividades que me permitan continuar creciendo y aprendiendo, ya sea a través de la lectura, el entrenamiento físico o el tiempo con mis seres queridos.
Si pudiera definir el taekwondo en una palabra diría SUPERACION.
Uno de los maestros que más ha influido en mi vida ha sido mi profesor Mario, quien me enseñó que el verdadero camino en el Taekwondo no es solo una cuestión de habilidad técnica, sino de ser una mejor persona. Sus consejos y su confianza en mí fueron fundamentales para continuar desarrollándome, tanto en el aspecto deportivo como en el personal. El impacto del Taekwondo en las personas es profundo, ya que no solo enseña técnicas de defensa personal o combate, sino que cultiva el carácter, fomenta la autoconfianza y promueve valores esenciales como la perseverancia y el respeto. Además, el Taekwondo puede ser un medio para que las personas superen sus propios límites, se enfrenten a sus miedos y crezcan como seres humanos.
El Taekwondo tiene el poder de transformar vidas, no solo al mejorar la condición física de quienes lo practican, sino también al enseñarles a enfrentar los desafíos con determinación y a tratar a los demás con cortesía y respeto. A través de su práctica, las personas desarrollan una mentalidad resiliente y una visión más amplia de lo que pueden lograr, tanto dentro como fuera del dojang.
VISION DEL TAEKWONDO
Los valores fundamentales dentro y fuera del dojang son la disciplina, el respeto, la perseverancia y la humildad. Estos principios no solo son esenciales para el desarrollo en el Taekwondo, sino también para enfrentar los retos de la vida cotidiana. La disciplina me ha permitido alcanzar metas personales y profesionales, transformando la motivación inicial en un compromiso constante. El respeto guía mi interacción con los demás, promoviendo un ambiente armonioso y de aprendizaje mutuo. La perseverancia me impulsa a seguir esforzándome a pesar de las dificultades, y la humildad me recuerda que siempre hay algo nuevo por aprender y que el verdadero crecimiento radica en compartir lo aprendido con los demás.
El Taekwondo se distingue por su énfasis en los valores humanos, como la cortesía, la integridad y el autocontrol, además de su enfoque técnico en las patadas y el combate estratégico. Es un arte marcial que no solo fortalece el cuerpo, sino también el carácter. Creo que su futuro es prometedor, ya que cada vez más personas en todo el mundo reconocen el impacto positivo que tiene en el desarrollo personal, especialmente en niños y jóvenes. En la comunidad, el Taekwondo seguirá siendo una herramienta para fomentar valores, disciplina y unión, mientras que en el ámbito global continuará consolidándose como un deporte olímpico y un medio para la paz y el entendimiento entre culturas.
Equilibrar el aspecto competitivo con el desarrollo personal implica entender que las medallas y los trofeos son solo una consecuencia del esfuerzo y de hacer las cosas bien. Como aprendí de mi maestro, lo más importante no es ser campeón, sino ser una buena persona y actuar con integridad. Este enfoque me ha ayudado a ver la competencia como una oportunidad para superarme y aprender, más que como un fin en sí mismo. En mi vida diaria, aplico esta filosofía al centrarme en ser mejor cada día, tanto en mi trabajo como en mi papel como profesor, inspirando a otros a hacer lo mismo.
A mis alumnos y a la comunidad les diría que el camino hacia el éxito no siempre es fácil, pero vale la pena. La motivación puede ser el punto de partida, pero la disciplina y los valores son lo que realmente nos llevan lejos.